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Formas en que los padres dañan la autoestima de sus hijos y cómo corregirlas

Formas en que los padres dañan la autoestima de sus hijos y cómo corregirlas

Para aumentar la autoestima de un niño no basta con decir “eres genial y el más guapo del mundo”. Se requieren estrategias más efectivas. Te explicamos cómo conseguirlo sin cometer errores habituales.

La autoestima se refiere a la forma en que nos vemos a nosotros mismos y cómo creemos que nos ven los demás. Esta percepción está influenciada por nuestro entorno y, especialmente, por nuestros cuidadores. Cada mensaje dado o no dado, cada interacción y experiencia vivida en la primera infancia son claves para la construcción de esta dimensión.

Es decir, la autoestima no se construye sólo con nuestras percepciones, sino que también es decisiva la influencia de nuestros padres, hermanos, profesores y amigos. Y seamos claros en un aspecto: es más fácil desarrollarlo en un niño que tener que repararlo en un adulto.

Un estudio de la Universidad de California nos dice algo importante; El entorno familiar puede ser en ocasiones tan complejo que la autoestima de un niño puede verse afectada por numerosos factores, como por ejemplo la presencia de un trastorno psicológico en los padres.
Por otro lado, no podemos ignorar aquellas formas en las que los padres dañan la autoestima de sus hijos sin saberlo. Los analizamos.

1. No darles responsabilidades adecuadas a su edad
La sobreprotección es un obstáculo para el correcto desarrollo de la autoestima de los niños. Es importante recordar que si algo necesita un niño es sentirse competente y para conseguirlo nada mejor que ofrecerle responsabilidades adecuadas a su edad.

Si creces asumiendo que siempre habrá alguien dispuesto a hacerte la vida más fácil y solucionar tus problemas, tarde o temprano te toparás cara a cara con la realidad.
Por otro lado, el niño que descubre tempranamente que es capaz de realizar múltiples tareas por sí solo establece efectivamente la autoeficacia, como indica un estudio publicado en Frontiers in Education.
¿Cómo hacerlo mejor?
Cada día se abren múltiples oportunidades para que los niños aprendan a ser más autónomos. Animémoslos y confiemos en ellos, en su valor y en sus capacidades, según su edad.


2. Evitar que cometan errores
Hay papás y mamás que pasan parte de su vida actuando como héroes al rescate de sus hijos. Previenen caídas, errores, fracasos y decepciones. Cometer errores y hacer el esfuerzo mental para resolver ese incidente le da a cada niño una valiosa oportunidad de crecimiento.

La autoestima también nace en cada adversidad superada, algo que un niño puede aprender de las experiencias más simples e inocentes.

¿Cómo hacerlo mejor?
Si bien es prioridad salvar la seguridad y el bienestar del niño, hay experiencias que debe atravesar por sí solo. Quizás, y solo a modo de ejemplo, no recordarle que dejó la pelota en casa antes de ir a jugar al parque haga que la próxima vez se responsabilice de sus cosas sin tener que depender tanto de mamá o papá.


3. Abusar del refuerzo positivo
Hay padres que califican de extraordinario todo lo que hacen sus hijos, diciéndoles que son geniales, los mejores del mundo y los más inteligentes.

Puede darse el caso de que nuestro hijo nos muestre un dibujo que es consciente de que no es su mejor trabajo. Si mamá y papá le dicen que es “maravilloso”, sabrá que no es verdad. Por lo tanto, le resulta difícil sentirse motivado para mejorar, ya que sus padres parecen encontrar fascinante todo lo que hace.
¿Cómo hacerlo mejor?
Cualquier refuerzo que se le dé a un niño debe ser sincero, fácil de entender y pedagógico. Si queremos mejorar la autoestima de nuestro hijo siempre será mejor decir "estoy orgulloso de cómo ha trabajado duro para ti" que decir "lo haces todo bien porque eres el chico más guapo del mundo". ".

4. Educar en la perfección
Educar en la perfección es educar en la ansiedad y en la percepción de que nunca se está a la altura de lo que se les pide. Todo padre quiere que sus hijos tengan éxito. Sin embargo, por encima de un logro excepcional está la felicidad, disfrutar de la infancia y no acabar desarrollando una autoexigencia poco saludable desde temprana edad.

Una investigación publicada en la Revista Reflexión e Investigación Educativa muestra que los niños con perfeccionismo desadaptativo casi siempre presentan una autoestima débil y fragmentada.

Cómo hacerlo
Es positivo establecer metas y propósitos para nuestros hijos, hitos en los que deben esforzarse. Esto promueve su madurez y responsabilidad. Sin embargo, estos objetivos deben ser realistas, consensuados con nuestros propios hijos y además motivadores para ellos.

Permitir errores, evitar elogios excesivos y desproporcionados y asignarles responsabilidades adecuadas a su edad son aspectos clave para fomentar una sana autoestima en nuestros hijos.

Este enfoque equilibrado les dará las herramientas necesarias para desarrollar la confianza en sí mismos y afrontar los desafíos de la vida con resiliencia y autoaceptación.

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